jueves, 19 de junio de 2014



No insistas.
El tiempo ha pasado y es verdad, ha curado las heridas, los huesos rotos, las lágrimas se han secado y los ojos ya no están hinchados de tanto llorar.
Tu voz ya es cualquier voz. Ya no se clava en el alma como si fueran miles de astillas de vidrios rotos. Tus ojos me observan, pero ya sin esa mirada abrazadora que prendía fuego en mis entrañas. Me abrazas y ya no existe ningún tipo de descarga eléctrica que me recorra, al contrario, tu olor ya no me embriaga, es molesto.
Ya no hay amor, ese lo aniquilaste en un par de horas y lo sustituyó un miedo que me hacía temblar de pies a cabeza. Ese miedo, también se ha ido.
Hoy vivo en paz, no guardo para ti ningún rencor, te he perdonado, y lo más importante, me he perdonado a mí misma.




viernes, 16 de mayo de 2014

Vuelve.

Y la sorpresa se ve reflejada en sus ojos.


Recorre con la mirada cada espacio, cada rincón, en busca de algún rastro de toda la destrucción que sus ojos vieron por última vez, ya no está el derrumbe, la zozobra, los cielos borrascosos, las tormentas que al irse dejó.

Conforme avanza, puede observar que la luz nuevamente entra a raudales, así como el día que la conoció, todo se ve limpio, ordenado, con ese olor característico a hierba fresca, a aire limpio, a nubes blancas, a pan recién horneado, a café recién hecho, a hogar.

Todo fue reconstruido, aún se observan las cicatrices, pero es como si todo hubiera sido remendado con hilos de plata tan finos que pareciera un vitral por donde los rayos del sol entran y se convierten en inmensos e innumerables arcoíris.

Ahora puede respirar, ya no se siente el aire contaminado de tristeza y desesperación, ahora se respira calma y tranquilidad y no puede evitar sentirse nuevamente atraído, quiere quedarse, quiere volver a sentirse dueño, en casa, en su hogar.


El sonido de unas campanillas movidas por el viento lo saca de sus pensamientos y es entonces cuando la ve, ahí está, como siempre, pero diferente, como un ladrón se esconde y a hurtadillas la observa: a primera vista se ve frágil, efímera, pequeña, es increíble que alguien como ella haya soportado tan terrible tormenta. Extiende sus alas y al igual que todo a su alrededor están remendadas con esos hilos color plata. Siente una tristeza al recordar que fue él quien maceró esas hermosas alas que ya no podrán volar más.

Mientras más la observa, más diferencias encuentra, si es ella, pero no es la misma, las cicatrices la hacen ver mayor, su rostro, aunque hermoso, ya no es el de aquella niña de la que él se enamoró; la observa reír, hablar, feliz. Ahora sabe que esas campanillas que tintinean, es su risa, hasta eso cambió.

Quiere acercarse, hablarle, decirle que ha vuelto, que no volverá a irse, que todo fue un error, un mal sueño, una pesadilla de la que por fin despertó y ahora la va a proteger, volverá a ser su niña, como antes, como siempre, como ayer.

Sus pensamientos y su corazón quieren correr e ir a su encuentro, pero algo lo detiene, algo lo hace estar alerta y no salir de su improvisado escondite. Hay algo en esa criatura que lo detiene; aún recuerda como ella misma se rodeaba con sus brazos, para que los temblores provocados por el llanto, no terminarán de convertirla en polvo, recuerda sus ojos aterrados mientras los demonios que él mismo desató la rodeaban, los mismos demonios con los que ahora ríe, es aterrador.

Se ha quedado ensimismado observando a esos monstruos domesticados que no se dio cuenta del momento en el que ella lo descubrió, ahora sus ojos se encuentran y no puede soltarse de esa mirada, no logra definir el sentimiento que lo embarga, solo una infinita tristeza se ha metido a su alma y la está estrujando tan fuerte que es imposible retener por más tiempo las lágrimas que ahora ruedan por sus mejillas.

Ella sonríe pero la sonrisa no llega hasta los ojos que lo miran con profunda indiferencia. Y ahora lo sabe, se aleja como llegó, triste, pero satisfecho, porque hoy la ha visto sonreír.

martes, 8 de abril de 2014

lunes, 3 de marzo de 2014

Después de siglos de que los hombres me miren las tetas en vez de a los ojos
Y me pellizquen el trasero en lugar de darme la mano
Yo ahora tengo el divino derecho de mirar el trasero de un hombre
Con apreciación vulgar y barata si así lo quiero.

P.S. I love you

martes, 18 de febrero de 2014

Espero la llegada de la noche, con ella viene también la esperanza y por unas horas camina a mi lado.
Nos preparamos frente al espejo, para que no nos encuentres desaliñadas, después poco a poco vamos recorriendo la distancia que me separa de ti.
El camino es largo, irregular, cambiante, en ocasiones sinuoso, en otras recto pero lleno de obstáculos, no podría describirlo a pesar de haberlo recorrido tantas noches, durante tanto tiempo, cada noche es diferente, por eso tengo que ir despacio para no tropezar cuando lo que quiero es correr, porque sé que cada segundo es valioso, pero la neblina espesa lo hace más difícil; tengo que ir paso a paso y eso aumenta la ansiedad en mi pecho y el hueco en el estómago.

Conforme más camino, mis fuerzas disminuyen, los pies me pesan, es como si me amarrasen piedras que impiden dar el siguiente paso y cuando lo doy, es como si me dejaran sin huesos y mis piernas se convierten en piernas de atole, y ahí voy tratando de avanzar con mis piernas y pies de atole que no ayudan en nada.
Esta noche la oscuridad es mucho más intensa, la neblina no ayuda, se escuchan ruidos y el cielo está completamente vacío; oscuridad arriba y abajo, solo la esperanza ilumina tenuemente en mi pecho y es la que me impulsa a seguir avanzando.
Aún recuerdo la primera noche que te vi, no sé como llegué al claro, cuando me di cuenta ya estaba parada en el umbral, la luz tan intensa por un momento me cegó, quise reconocer, orientarme de alguna forma, pero todo era nuevo, la luna llena iluminaba perfectamente y el cielo vestía su mejor traje de estrellas, algo no estaba bien, al volver la vista hacia atrás la oscuridad era penetrante, cual boca de lobo, en cambio en frente, la noche resplandecía; y te vi, a mitad del claro observándome fijamente.
Tu cabeza ligeramente inclinada hacia la derecha, tus ojos y tu boca sonriéndome intensamente. En seguida supe que eras tú, a quien tanto he esperado, con quien tantas noches había soñado, esa noche me daba cuenta que había valido la pena tanta espera, tanta angustia, el verme reflejada en tus ojos compensaba tantas lágrimas derramadas en la almohada.
Te sonreí también y supe que ya me esperabas, que también para ti, la espera había sido larga, camine despacio, para no alterar tanta tranquilidad, nuestras miradas continuaban enlazadas, dándole paso a nuestras almas para abrazarse como antes, como siempre, como almas viejas que somos.
Escuché tu voz en mi mente, me decías “despacio, ya estamos aquí”, pero yo quería correr, abrazarte, besarte, no sabía si llorar o reír, tenía tanto miedo de que la dicha se fuera. Y se fue.
No pude tocarte, abrazarte, una barrera invisible lo impedía, era como si cada uno estuviera detrás de un espejo quise romperlo, pero mis brazos perdieron fuerza, sólo tu voz logró tranquilizarme. Lo importante ya había ocurrido, nos habíamos vuelto a encontrar. Dejamos de andar errantes por otras estrellas, estábamos listos para volver a intentarlo. Acordamos encontrarnos cada noche, mientras buscamos la forma de coincidir buscando el sol a cada paso.

Y aquí voy, con mis piernas y pies de atole a tu encuentro, tratando de acortar la distancia que en los sueños se acorta y que por estar contigo no quiero despertar.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Es algo extraordinario conocer a alguien a quien abrir tu corazón
y que te acepta como eres,
he esperado lo que parece ser un tiempo muy largo
para asumir lo que soy
y contigo siento que por fin puedo empezar,
el tiempo que quiero pasar junto a ti no se puede medir,
empecemos por un para siempre.

martes, 28 de enero de 2014

IV.

Veo a mi monstruo a los pies de mi cama
Está callado, solo me observa fijamente
No sé cuánto tiempo lleva en esa misma posición
Me incorporo y limpio las lágrimas de mis ojos para observarlo mejor
Nuestras miradas se  cruzan
Sus ojos al igual que los míos, son tristes.
Sé que él nunca me dejará, él es fiel.
Me acerco lo más que puedo a él
Me dice que no estoy sola
Toma mi mano derecha y la coloca sobre mi hombro izquierdo
Ahora toma mi mano izquierda y la coloca sobre mi hombro derecho
Dice que apriete fuerte
Mi monstruo me abraza

Desde el otro lado del espejo.

domingo, 19 de enero de 2014

Si no puedes sacar a una persona llorando, 
ahí justo dentro de tus lágrimas, 
no esperes sacarla emborrachándote 
y expulsarla con alcohol 
cantando baladas o música norteña, 
no podrás hacerlo 
por una sola razón: 
porque lo quieres 
con la fuerza que se invoca al deseo.

viernes, 17 de enero de 2014

Fuiste Sol
Tu calor llegó hasta el fondo del pozo donde estaba
Alcé la vista y tu luz me cautivó
Apresurada quise llegar hasta ti
Reconstruí mis alas
Y poco a poco empecé a subir
Volaba, otra vez
Tu calor descongelaba el corazón
Conforme subía, veía todo más claro
Tu calor me cubría y me sentí segura
No medí las consecuencias
Acorté la distancia, acercándome más a ti
Grave error
Demasiado tarde recordé la naturaleza de mis alas
Eran de cera
Tu calor abrasador las derritió
Cuando reaccioné ya iba en caída libre
Nada que hacer
Ahora estoy nuevamente rota
Hecha añicos

Esperando la muerte.

Noviembre

Decidí olvidarte y no te lo dije. Por eso te busqué, quería verme en tus ojos por última vez, sentirme segura entre tus brazos, y así fue; tan bien me sentí que por un momento dudé, realmente sigo dudando, pero sé que es lo mejor para los tres.

Otra vez soy la tercera, por eso me escapo, hoy me salgo de esta historia, soy yo la que llegó tarde, soy yo la que se va.


lunes, 9 de diciembre de 2013

III.

Busco a mi monstruo.
Hoy, al mirarme al espejo
Lo encontré vacío.
Le hablo y no contesta
No lo siento.
Tiene ojos tristes
Y manos frías
Le gusta la lluvia
Pero no los truenos
Le tiene miedo a la soledad
Pero sabe estar solo
Si alguien lo ve,
Tómelo de la mano

Y regréselo a casa.

martes, 3 de diciembre de 2013

II.

Siempre creí que mi monstruo vivía debajo de mi cama.
Grave error.
Vive dentro de mí.
Hoy por fin lo vi a los ojos.
Frente al espejo.
Lo observo y me devuelve la mirada fija.
Los ojos de mi monstruo están tristes.
No voy a preguntarle por qué.
Lo voy a abrazar.

Quiero ser la mejor amiga de mi monstruo.

jueves, 21 de noviembre de 2013

I.

Entonces ya no quería dormir más bajo la cama.
Porque tenía miedo de que la voz de un niño lo asustara.
O un humano adulto le jalara los pies mientras duerme.
También deseaba que no apagaran la luz.
Y que le contaran un cuento de terror para dormir.
Le daba más miedo que lo mandaran a la cama sin soñar.
O sin cenar, por no haber asustado lo suficiente.

Yo también quiero ser la mejor amiga de mi monstruo.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Estoy rota,
No entres,
Si te acercas demasiado
Puedes terminar por lastimarte
Con alguno de los pedazos.


miércoles, 13 de noviembre de 2013

miércoles, 23 de octubre de 2013

Una relación abierta
no significa madurez,
sólo quiere decir
que no eres lo suficiente para el otro
y tiene que buscar más.
Es resignación.

@JanderFranco

Todo fluye cuando lo haces con el corazón. Todas las puertas se pueden abrir, si no alcanzas el timbre, siempre habrá un banquito para que te subas y lo hagas sonar. Acuérdate, es tu sueño, sólo tú puedes cumplirlo. Abre los ojos y verás que todo te espera. Empecemos por el principio, empecemos desde abajo, empecemos a construir algo que sólo sea de nosotros.

No importa de qué sueño estemos hablando, si es construir una máquina del tiempo, escribir un libro, abrir tu tienda de mascotas, irte a escalar el Everest.

Y, ¿tú? ¿Ya lo hiciste? A veces lo que sueñas parece imposible, a veces cruzas el abismo y lo haces posible. Y sí, a veces hay más.

lunes, 29 de julio de 2013

Días en los que te sientes
Como billete roto:
Sabes que sí sirves,
Sabes cuánto vales,

Pero nadie te acepta.

sábado, 27 de julio de 2013

Marta y el Dragon


Dragón. No puedo ni siquiera imaginar cómo te has atrevido a entrar en este bosque. No sé qué decirte porque sin duda ya estás enterada del destino que corren todos los que se atreven. O no aprecias la vida o eres el destino mismo. ¿Nadie te advirtió lo que podía sucederte?

MARTA. Algo me dijeron.

Dragón. Sin embargo, aquí estás. Prepárate. Piensa tu último pensamiento y procura que valga la pena, así tal vez te reconcilies con la idea de lo que te sucederá.

MARTA. Estoy pensándolo.

Dragón. Supongo que sabes que voy a devorarte.

MARTA. ¿Te gusta devorar?

Dragón. Me es indiferente, pero así vivo. Me gusta vivir.

MARTA.A mí también me gusta vivir.

Dragón. No lo parece. ¿Ya estás lista?

MARTA. Sí.

Dragón. ¡Con qué tranquilidad lo dices!

MARTA. ¿Qué esperas?

Dragón. Nada. No sé. Dime qué pensaste.

MARTA. En ti. Intensamente.

Dragón. ¡En mí! ¿Qué pensaste de mí?

MARTA. Que al fin te había encontrado. Llevo muchos años de pensar. Primero, pensé que lo mejor que podía sucederme era hallar un pastor; uno que se tendiera al sol sobre la hierba y tuviera los cabellos enmarañados y olorosos a campo. Luego, un tiempo después, pensé en un príncipe con los ojos como dos violetas y los cabellos negros... y una espada que brillara con relámpagos deslumbradores. Pero cuando supe que en el bosque había un dragón, mitad hombre, mitad pez, con alas relucientes y una lengua de fuego, no pude pensar más que en él.

Hace noches y noches que pienso en ti. Hasta que hoy al atardecer, decidí venir en tu busca. Te he visto y estoy satisfecha... eres más hermoso de lo que pensaba.

Dragón. Y estás dispuesta a dejarte devorar. ¿No sientes miedo?

MARTA. Mucho miedo. Pero como tú dijiste antes, en el fondo me es indiferente. Lo hice para vivir. Tus alas son tornasoladas y el fuego de tu lengua es azul.

Dragón. Me espantas. Por las noches apenas puedo descansar pensando que pronto vendrá una escuadra de jóvenes armados dispuestos a despedazarme. Vivo en acecho... y ahora se presenta una joven envuelta en una túnica que sostiene con un cinturón hecho de cuerdas... ¿No habré sido para ti el monstruo que aparentemente vive en todos los sueños?

MARTA. Eres un sueño. Un sueño muy hermoso. Y tú ¿no pensabas en nadie?

Dragón. Los seres como yo tenemos alucinaciones. Veo sirenas verdes y gaviotas y mujeres con cauda. A veces una reina con una alta corona bárbara y enjoyada.

MARTA. ¡Qué lástima que no soy una reina!

Dragón. Tú no eres una alucinación.

MARTA. Es lástima. Devórame.

Dragón. No tengas prisa. Esos cabellos rubios tan largos son... ¿Son suaves?

MARTA. Tócalos.

Dragón. Te quemaría. Mi fuego azul consume todo lo que toca.

MARTA. Así son las cosas extraordinarias: pueden poseerse, pero nunca nos tocan. Un día, va a venir a buscarte una escuadra de jóvenes armados y...

Dragón. Acabaré con ellos. No está escrito que nadie me destruya aparte de mí mismo. ¿Sabes una cosa? Yo conozco el sabor de la carne, pero no el tacto.

MARTA. La carne es suave, dulce, tibia. Imagínatela, es como el viento a las doce de la noche. Es como cuando tu bosque cae en el silencio, pero tú sabes que vive y te acaricia. Devórame.

Dragón. No.

MARTA. No podré regresar a mi casa. Me habían prohibido entrar al bosque y al hacerlo me lancé a una gran aventura. ¿Cómo volver?

Dragón. Comerías nueces y hongos. El bosque es como dices, tibio y acogedor. En algunos lugares crecen flores amarillas. Te bañarías en el arroyo... quisiera tocarte y no puedo.

MARTA. Devórame.

Dragón. No. No.

MARTA. ¿Qué te sucede?

Dragón. Mi destino se cumple y yo me alegro.

MARTA. No sé qué dices.

Dragón. Digo lo mismo que pensaste tú antes de entrar al bosque. Lo mismo que has repetido tantas veces. Destrúyeme, lo hago para vivir. Obedéceme.

MARTA. ¿Qué quieres que yo haga?

Dragón. Desata la cuerda que llevas a la cintura, átala alrededor de mi cuello y llévame contigo a donde vayas.


MARTA. Obedezco.
 

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