jueves, 21 de noviembre de 2013

I.

Entonces ya no quería dormir más bajo la cama.
Porque tenía miedo de que la voz de un niño lo asustara.
O un humano adulto le jalara los pies mientras duerme.
También deseaba que no apagaran la luz.
Y que le contaran un cuento de terror para dormir.
Le daba más miedo que lo mandaran a la cama sin soñar.
O sin cenar, por no haber asustado lo suficiente.

Yo también quiero ser la mejor amiga de mi monstruo.

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