jueves, 25 de octubre de 2012

De regreso a la soltería


Escrito por Frinee Acosta
Twitter: @kchorraimperial

¿Existe algo más molesto que volver al dating después de una ruptura? ¿Reiniciar la cacería amorosa en la jungla social? ¿Esperar las llamadas, invitaciones y nuevas relaciones? Es un pinche enfado.

La vida de soltera te permite un mismo ciclo de andar siempre guapa y lista para lo que pueda pasar. La soltería es un mundo de posibilidades que esperan ser tomadas. En cambio, después de una relación ya tienes un estilo de vida que era en conjunto: fiestas, comidas, cine, teatro y demás situaciones que ya tenían un ritmo establecido con la pareja en curso. Y de pronto todo se termina, ¡Puf, a la chingada! Entonces es necesario reorganizar aquella vida compartida a una vida en solitario, de nuevo.

Después del luto que se le hace a la ex pareja, después de los días uniformada de la piyama de “Hello Kitty” tragando litros de helado, después de las pedas monumentales cantando canciones de José Alfredo, después de los múltiples por qués, después de las llamadas ahogadas en whisky, después de borrarlo/a y bloquearlo/a de las redes sociales, después de darle explicaciones hasta a Sergio (el vigilante de la cuadra) de que el carro del difunto o difunta no volverá a entrar a tu casa y que si lo ve rondando mande llamar a un comando armado para que se lo lleven, es necesario volver a empezar.

Hay que desempolvar los trucos de seducción, sacar del baúl las tácticas de coqueteo, entablar de nuevo las mismas pláticas para conocerse y sobre todo, darte la oportunidad de volver a intentarlo. Creo, lo más importante, es sanar el corazón y darle la oportunidad de morir de nuevo en el intento, de eso se trata, pero qué pinche molesto hacerlo.

Es por eso que odio cuando las relaciones de pareja se mimetizan a tal grado que la gente no puede tomar decisiones unilaterales y es necesario depender de lo que hará el otro. Valen madre. Una pareja está formada por dos individuos que deciden estar juntos y compartir cosas (tiempo, espacio, logros, fracasos, amigos, experiencias, etc.), nada tiene que ver con un individuo en dos personas. Carajo con ustedes.

Armarse de valor hasta los dientes y volver al ruedo amoroso es un acto de fe, es cerrar un ciclo y empezar de cero. Volver a dar la oportunidad de conocer y ser conocido es devolverle al cuerpo la esperanza y las ganas de querer.

Es definitivamente un trámite engorroso el volver a salir a la vida social, nadie dijo que fuera fácil, pero bien vale la pena avanzar y en una de esas salidas, con un poco de suerte, encontramos un inédito ejemplar que nos haga querer enamorarnos otra vez, pero si nos quedamos quietos nunca podremos ver esa posibilidad. Así que saquen los tacones, planchen las camisas y regresen a la vida galante, que siempre habrá otra loca persona que quiera nuestra locura.

viernes, 19 de octubre de 2012

lunes, 15 de octubre de 2012

Para algunas personas, de forma inexplicable, el amor se apaga. Para otras, el amor sencillamente se va. Si bien es cierto, por supuesto, que el amor también puede encontrarse, aunque sea solo por una noche. Sin embargo, existe otra clase de amor, el más cruel, aquel que prácticamente mata a sus víctimas. Se llama amor no correspondido. 

La mayoría de historias de amor hablan de personas que se enamoran entre sí, pero, ¿qué pasa con los demás? ¿Quién cuenta nuestra historia? La de aquellos que nos enamoramos solos, somos víctimas de una aventura unilateral, somos los malditos de los seres queridos, los seres no queridos, los heridos que se valen por sí mismos, los discapacitados sin plaza de aparcamiento reservada. Sí, estáis viendo a una de estas personas

viernes, 12 de octubre de 2012


“Lo que intento decirte es que entiendo lo que es sentirse el ser más pequeño, insignificante y patético de la humanidad y lo que es sentir dolor en partes del cuerpo que ni siquiera sabias que tenias. Y da igual cuantas veces te cambies de peinado, o a cuantos gimnasios te apuntes, o  cuantos vasos de Chardonnay te tomes con las amigas, porque sigues acostándote todas las noches repasando todos los detalles y preguntándote que hiciste mal o que pudiste malinterpretar. Y como puñetas en ese breve instante pudiste pensar que eras tan feliz. A veces incluso logras convencerte de que él verá la luz y se presentara en tu puerta.

Y después de todo eso y aunque esa situación dure mucho tiempo, vas a un lugar nuevo y conoces a gente que te hace recuperar tu amor propio. Y vas recomponiendo tu alma pedazo a pedazo, y toda esa época difusa, esos años de tu vida que has malgastado, empiezan por fin a desvanecerse.”
 

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