jueves, 10 de noviembre de 2011

De mis canciones favoritas

De las tardes
(Fernando Delgadillo)

Hace ya algunas semanas,
que me lleva las mañanas
descifrarte en tu mirada
y en tu voz.

Que nunca he sabido cuánto
me has contado y cuánto no,
cuánto solamente lo imagino yo.
Cuánto tiene de ser cierto,
el paso a tus parques abiertos
y a las frescas sombras de
tu pabellón.

Luego todo lo respondería
esa tarde que me des,
aunque solamente sea por una vez.
De entre amores y distancias,
de entre sueños sin sustancias,
y entre todo lo que no ha llegado
a ser.

Si me dieras una tarde
para conversar mejor,
desdibujando las ropas
con que vistes tu rumor,
podría mirarme en tus ojos
si te asomas hasta mí,
si te dieras una tarde,
una tarde por aquí.

Si te tuviera una tarde
para abrevarme en la voz,
murmurante de tus fuentes
una tarde para dos.
Una tarde para siempre
por las tardes que no estás,
por las tardes que no han sido,
y por las que ya no te vas.

Una tarde solamente de tu vida,
tan sólo un instante de tu juventud.
Unas horas de tus horas y salidas,
al quizás de un mutuo encuentro
que logremos ver adentro uno del otro
un quizás,
que tú volvieras realidad.

Una tarde que me dieras,
cualquier tarde de este mes,
para tardarme intentando
llevarte una y otra vez,
aplicando con mis labios
en tus labios de canción,
la balada del encuentro
del verano con la flor.

Quién te tuviera una tarde
para andante recorrer
las veredas, los atajos en
los campos de tu piel,
recorriendo amante
valles, lomas,
cauces de agua y flor,
conquistando tus llanuras.
Toda una puesta de sol.

Sólo dame alguna tarde y yo
me vuelvo una canción
en tus labios,
procurando y sorprendiendo
por todo el atardecer,
tu sonrisa más bonita
si te dejas conocer.









martes, 8 de noviembre de 2011

Y así te llegan las netas, en el lugar más idiota, en el momento menos adecuado, como el amor o la muerte, o los 30. Y entiendes, no hay una estadística para el caos. Si hay casualidades y mariposas pero nunca son las mariposas que esperas.

A veces lo que eres no se ve en las cosas que dejas. A veces las cosas se dicen cuando ya no hablas. A veces te llegan las netas volando entre el pavimento y el smog del cielo. Entre dos estaciones del metro parada en la banqueta un martes a las 5:30. Y entendí, hay cosas así, cosas que adivinas. Levantar la vista justo en el momento para encontrarte con esa mirada. Voltear a ver el teléfono cuando suena. Palabras que dices al mismo tiempo que otro. Presentimientos. Amigos que llegan en el momento justo cuando más los necesitas. Deja vu. Amor verdadero. Justicia divina. Vueltas de tuerca. Música. Risa. Perdón. Mariposas. No hay estadísticas para eso.

Fragmento: Película Efectos Secundarios

 

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