lunes, 3 de marzo de 2014

Después de siglos de que los hombres me miren las tetas en vez de a los ojos
Y me pellizquen el trasero en lugar de darme la mano
Yo ahora tengo el divino derecho de mirar el trasero de un hombre
Con apreciación vulgar y barata si así lo quiero.

P.S. I love you

martes, 18 de febrero de 2014

Espero la llegada de la noche, con ella viene también la esperanza y por unas horas camina a mi lado.
Nos preparamos frente al espejo, para que no nos encuentres desaliñadas, después poco a poco vamos recorriendo la distancia que me separa de ti.
El camino es largo, irregular, cambiante, en ocasiones sinuoso, en otras recto pero lleno de obstáculos, no podría describirlo a pesar de haberlo recorrido tantas noches, durante tanto tiempo, cada noche es diferente, por eso tengo que ir despacio para no tropezar cuando lo que quiero es correr, porque sé que cada segundo es valioso, pero la neblina espesa lo hace más difícil; tengo que ir paso a paso y eso aumenta la ansiedad en mi pecho y el hueco en el estómago.

Conforme más camino, mis fuerzas disminuyen, los pies me pesan, es como si me amarrasen piedras que impiden dar el siguiente paso y cuando lo doy, es como si me dejaran sin huesos y mis piernas se convierten en piernas de atole, y ahí voy tratando de avanzar con mis piernas y pies de atole que no ayudan en nada.
Esta noche la oscuridad es mucho más intensa, la neblina no ayuda, se escuchan ruidos y el cielo está completamente vacío; oscuridad arriba y abajo, solo la esperanza ilumina tenuemente en mi pecho y es la que me impulsa a seguir avanzando.
Aún recuerdo la primera noche que te vi, no sé como llegué al claro, cuando me di cuenta ya estaba parada en el umbral, la luz tan intensa por un momento me cegó, quise reconocer, orientarme de alguna forma, pero todo era nuevo, la luna llena iluminaba perfectamente y el cielo vestía su mejor traje de estrellas, algo no estaba bien, al volver la vista hacia atrás la oscuridad era penetrante, cual boca de lobo, en cambio en frente, la noche resplandecía; y te vi, a mitad del claro observándome fijamente.
Tu cabeza ligeramente inclinada hacia la derecha, tus ojos y tu boca sonriéndome intensamente. En seguida supe que eras tú, a quien tanto he esperado, con quien tantas noches había soñado, esa noche me daba cuenta que había valido la pena tanta espera, tanta angustia, el verme reflejada en tus ojos compensaba tantas lágrimas derramadas en la almohada.
Te sonreí también y supe que ya me esperabas, que también para ti, la espera había sido larga, camine despacio, para no alterar tanta tranquilidad, nuestras miradas continuaban enlazadas, dándole paso a nuestras almas para abrazarse como antes, como siempre, como almas viejas que somos.
Escuché tu voz en mi mente, me decías “despacio, ya estamos aquí”, pero yo quería correr, abrazarte, besarte, no sabía si llorar o reír, tenía tanto miedo de que la dicha se fuera. Y se fue.
No pude tocarte, abrazarte, una barrera invisible lo impedía, era como si cada uno estuviera detrás de un espejo quise romperlo, pero mis brazos perdieron fuerza, sólo tu voz logró tranquilizarme. Lo importante ya había ocurrido, nos habíamos vuelto a encontrar. Dejamos de andar errantes por otras estrellas, estábamos listos para volver a intentarlo. Acordamos encontrarnos cada noche, mientras buscamos la forma de coincidir buscando el sol a cada paso.

Y aquí voy, con mis piernas y pies de atole a tu encuentro, tratando de acortar la distancia que en los sueños se acorta y que por estar contigo no quiero despertar.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Es algo extraordinario conocer a alguien a quien abrir tu corazón
y que te acepta como eres,
he esperado lo que parece ser un tiempo muy largo
para asumir lo que soy
y contigo siento que por fin puedo empezar,
el tiempo que quiero pasar junto a ti no se puede medir,
empecemos por un para siempre.

martes, 28 de enero de 2014

IV.

Veo a mi monstruo a los pies de mi cama
Está callado, solo me observa fijamente
No sé cuánto tiempo lleva en esa misma posición
Me incorporo y limpio las lágrimas de mis ojos para observarlo mejor
Nuestras miradas se  cruzan
Sus ojos al igual que los míos, son tristes.
Sé que él nunca me dejará, él es fiel.
Me acerco lo más que puedo a él
Me dice que no estoy sola
Toma mi mano derecha y la coloca sobre mi hombro izquierdo
Ahora toma mi mano izquierda y la coloca sobre mi hombro derecho
Dice que apriete fuerte
Mi monstruo me abraza

Desde el otro lado del espejo.

domingo, 19 de enero de 2014

Si no puedes sacar a una persona llorando, 
ahí justo dentro de tus lágrimas, 
no esperes sacarla emborrachándote 
y expulsarla con alcohol 
cantando baladas o música norteña, 
no podrás hacerlo 
por una sola razón: 
porque lo quieres 
con la fuerza que se invoca al deseo.

viernes, 17 de enero de 2014

Fuiste Sol
Tu calor llegó hasta el fondo del pozo donde estaba
Alcé la vista y tu luz me cautivó
Apresurada quise llegar hasta ti
Reconstruí mis alas
Y poco a poco empecé a subir
Volaba, otra vez
Tu calor descongelaba el corazón
Conforme subía, veía todo más claro
Tu calor me cubría y me sentí segura
No medí las consecuencias
Acorté la distancia, acercándome más a ti
Grave error
Demasiado tarde recordé la naturaleza de mis alas
Eran de cera
Tu calor abrasador las derritió
Cuando reaccioné ya iba en caída libre
Nada que hacer
Ahora estoy nuevamente rota
Hecha añicos

Esperando la muerte.

Noviembre

Decidí olvidarte y no te lo dije. Por eso te busqué, quería verme en tus ojos por última vez, sentirme segura entre tus brazos, y así fue; tan bien me sentí que por un momento dudé, realmente sigo dudando, pero sé que es lo mejor para los tres.

Otra vez soy la tercera, por eso me escapo, hoy me salgo de esta historia, soy yo la que llegó tarde, soy yo la que se va.


lunes, 9 de diciembre de 2013

III.

Busco a mi monstruo.
Hoy, al mirarme al espejo
Lo encontré vacío.
Le hablo y no contesta
No lo siento.
Tiene ojos tristes
Y manos frías
Le gusta la lluvia
Pero no los truenos
Le tiene miedo a la soledad
Pero sabe estar solo
Si alguien lo ve,
Tómelo de la mano

Y regréselo a casa.

martes, 3 de diciembre de 2013

II.

Siempre creí que mi monstruo vivía debajo de mi cama.
Grave error.
Vive dentro de mí.
Hoy por fin lo vi a los ojos.
Frente al espejo.
Lo observo y me devuelve la mirada fija.
Los ojos de mi monstruo están tristes.
No voy a preguntarle por qué.
Lo voy a abrazar.

Quiero ser la mejor amiga de mi monstruo.

jueves, 21 de noviembre de 2013

I.

Entonces ya no quería dormir más bajo la cama.
Porque tenía miedo de que la voz de un niño lo asustara.
O un humano adulto le jalara los pies mientras duerme.
También deseaba que no apagaran la luz.
Y que le contaran un cuento de terror para dormir.
Le daba más miedo que lo mandaran a la cama sin soñar.
O sin cenar, por no haber asustado lo suficiente.

Yo también quiero ser la mejor amiga de mi monstruo.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Estoy rota,
No entres,
Si te acercas demasiado
Puedes terminar por lastimarte
Con alguno de los pedazos.


miércoles, 13 de noviembre de 2013

miércoles, 23 de octubre de 2013

Una relación abierta
no significa madurez,
sólo quiere decir
que no eres lo suficiente para el otro
y tiene que buscar más.
Es resignación.

@JanderFranco

Todo fluye cuando lo haces con el corazón. Todas las puertas se pueden abrir, si no alcanzas el timbre, siempre habrá un banquito para que te subas y lo hagas sonar. Acuérdate, es tu sueño, sólo tú puedes cumplirlo. Abre los ojos y verás que todo te espera. Empecemos por el principio, empecemos desde abajo, empecemos a construir algo que sólo sea de nosotros.

No importa de qué sueño estemos hablando, si es construir una máquina del tiempo, escribir un libro, abrir tu tienda de mascotas, irte a escalar el Everest.

Y, ¿tú? ¿Ya lo hiciste? A veces lo que sueñas parece imposible, a veces cruzas el abismo y lo haces posible. Y sí, a veces hay más.

lunes, 29 de julio de 2013

Días en los que te sientes
Como billete roto:
Sabes que sí sirves,
Sabes cuánto vales,

Pero nadie te acepta.

sábado, 27 de julio de 2013

Marta y el Dragon


Dragón. No puedo ni siquiera imaginar cómo te has atrevido a entrar en este bosque. No sé qué decirte porque sin duda ya estás enterada del destino que corren todos los que se atreven. O no aprecias la vida o eres el destino mismo. ¿Nadie te advirtió lo que podía sucederte?

MARTA. Algo me dijeron.

Dragón. Sin embargo, aquí estás. Prepárate. Piensa tu último pensamiento y procura que valga la pena, así tal vez te reconcilies con la idea de lo que te sucederá.

MARTA. Estoy pensándolo.

Dragón. Supongo que sabes que voy a devorarte.

MARTA. ¿Te gusta devorar?

Dragón. Me es indiferente, pero así vivo. Me gusta vivir.

MARTA.A mí también me gusta vivir.

Dragón. No lo parece. ¿Ya estás lista?

MARTA. Sí.

Dragón. ¡Con qué tranquilidad lo dices!

MARTA. ¿Qué esperas?

Dragón. Nada. No sé. Dime qué pensaste.

MARTA. En ti. Intensamente.

Dragón. ¡En mí! ¿Qué pensaste de mí?

MARTA. Que al fin te había encontrado. Llevo muchos años de pensar. Primero, pensé que lo mejor que podía sucederme era hallar un pastor; uno que se tendiera al sol sobre la hierba y tuviera los cabellos enmarañados y olorosos a campo. Luego, un tiempo después, pensé en un príncipe con los ojos como dos violetas y los cabellos negros... y una espada que brillara con relámpagos deslumbradores. Pero cuando supe que en el bosque había un dragón, mitad hombre, mitad pez, con alas relucientes y una lengua de fuego, no pude pensar más que en él.

Hace noches y noches que pienso en ti. Hasta que hoy al atardecer, decidí venir en tu busca. Te he visto y estoy satisfecha... eres más hermoso de lo que pensaba.

Dragón. Y estás dispuesta a dejarte devorar. ¿No sientes miedo?

MARTA. Mucho miedo. Pero como tú dijiste antes, en el fondo me es indiferente. Lo hice para vivir. Tus alas son tornasoladas y el fuego de tu lengua es azul.

Dragón. Me espantas. Por las noches apenas puedo descansar pensando que pronto vendrá una escuadra de jóvenes armados dispuestos a despedazarme. Vivo en acecho... y ahora se presenta una joven envuelta en una túnica que sostiene con un cinturón hecho de cuerdas... ¿No habré sido para ti el monstruo que aparentemente vive en todos los sueños?

MARTA. Eres un sueño. Un sueño muy hermoso. Y tú ¿no pensabas en nadie?

Dragón. Los seres como yo tenemos alucinaciones. Veo sirenas verdes y gaviotas y mujeres con cauda. A veces una reina con una alta corona bárbara y enjoyada.

MARTA. ¡Qué lástima que no soy una reina!

Dragón. Tú no eres una alucinación.

MARTA. Es lástima. Devórame.

Dragón. No tengas prisa. Esos cabellos rubios tan largos son... ¿Son suaves?

MARTA. Tócalos.

Dragón. Te quemaría. Mi fuego azul consume todo lo que toca.

MARTA. Así son las cosas extraordinarias: pueden poseerse, pero nunca nos tocan. Un día, va a venir a buscarte una escuadra de jóvenes armados y...

Dragón. Acabaré con ellos. No está escrito que nadie me destruya aparte de mí mismo. ¿Sabes una cosa? Yo conozco el sabor de la carne, pero no el tacto.

MARTA. La carne es suave, dulce, tibia. Imagínatela, es como el viento a las doce de la noche. Es como cuando tu bosque cae en el silencio, pero tú sabes que vive y te acaricia. Devórame.

Dragón. No.

MARTA. No podré regresar a mi casa. Me habían prohibido entrar al bosque y al hacerlo me lancé a una gran aventura. ¿Cómo volver?

Dragón. Comerías nueces y hongos. El bosque es como dices, tibio y acogedor. En algunos lugares crecen flores amarillas. Te bañarías en el arroyo... quisiera tocarte y no puedo.

MARTA. Devórame.

Dragón. No. No.

MARTA. ¿Qué te sucede?

Dragón. Mi destino se cumple y yo me alegro.

MARTA. No sé qué dices.

Dragón. Digo lo mismo que pensaste tú antes de entrar al bosque. Lo mismo que has repetido tantas veces. Destrúyeme, lo hago para vivir. Obedéceme.

MARTA. ¿Qué quieres que yo haga?

Dragón. Desata la cuerda que llevas a la cintura, átala alrededor de mi cuello y llévame contigo a donde vayas.


MARTA. Obedezco.

lunes, 24 de junio de 2013

Para empezar

Qué más me da
me preguntas qué es lo
que nos queda por salvar
qué para que quiero regresar
qué importa ya
se ha roto mil cosas
que no quieres arreglar
quieres encontrar otro lugar
pero al menos quiero contestar
por que no me rindo y quiero verte una vez más

Para empezar
haces que este mundo sea un mejor lugar
cuando hablas llenas todo de verdad
y haces que me olvide de la soledad
para empezar
nunca quise envejecer con nadie más
y no sé qué va a pasarme si te vas
solo se que quiero estar en donde estás

Nos fue muy mal,
los buenos momentos empezaron a faltar
luego comenzamos a dudar
me asuste y no te pude parar
pero ni un segundo
te he dejado de extrañar

Para empezar
haces que este mundo sea un mejor lugar
cuando hablas llenas todo de verdad
y haces que me olvide de la soledad
para empezar
nunca quise envejecer con nadie más
y no sé qué va a pasarme si te vas
solo se que quiero estar en donde estás

Para empezar
haces que este mundo sea un mejor lugar
cuando hablas llenas todo de verdad
y haces que me olvide de la soledad
para empezar......


Leonel Garcia

viernes, 5 de abril de 2013

Fragmento del cuento Sirenas del libro Damas de Caza.



“Yo pude ser el mar para ti.
Pero tú no querías un mar.
Querías pequeñas olas inofensivas a tus pies.
Y yo, desbordada, no lo supe ver ni entender, no me contuve.
Es que quería dártelo todo. Ser infinita para ti.
Empaparte, cantarte la vida al oído de día y de noche.
Hubiera vendido mi espíritu, mi voz, mis años, mi piel, mi vientre. Yo te lo hubiera dado todo a cambio de poseer tu alma como tú tenías la mía.”

Alma Delia Murillo


miércoles, 2 de enero de 2013

Año Nuevo, Soledad Nueva

Hace tiempo, por casualidad, encontré en Twitter a Bibiana Faulkner (Twitter: @hartatedemi), es de esas personas que tienen la magia de ver tu alma y describir a la perfección los sentimientos, dejándote el alma desnuda y al borde de las lágrimas.

Hoy, con motivo del comienzo de un nuevo año, me atrevo a compartir uno de sus textos, lo marcado en cursivas es lo que yo no he podido expresar y ella lo ha logrado hermosamente:

Tener una lista con 12 propósitos para todo el año es pretencioso e insuficiente. La noche del 31 que se espera Año Nuevo, a 20 minutos de la llegada del año que comenzará, regularmente me atraganto con las uvas para la famosa cuenta de los meses; a veces como 11 porque una siempre está podrida y mi familia reunida me mira con apatía. No cabe duda que cuando las tradiciones se rompen, también se rompe la empatía.

· Dejar de pasarme los semáforos en ámbar porque este año trataron de extorsionarme al menos una vez por mes. 
· No enamorarme de Rebeca, la bailarina del club nocturno que visito con frecuencia. 
· Mantenerme sobria dos días a la semana. 
· Analizar mejor los equipos de football para dejar de doblar las pérdidas de las apuestas. 
· Tejer un suéter con la delicadeza que lo hacía mi abuela difunta porque también así tejía su vida. 
· Cambiar el ron por el coñac. 
· Dejar que mis hermanitos vivan plenamente su infancia, la última vez les dije que Santa Clos no era gordo ni se vestía tan rimbombante. 
· Impedirme beber café americano en una taza de espresso. 
· Aprender a lamerme las heridas como los gatos para que la paciencia disimule mis ganas de llorar. 
· No volver a quemar un texto por la pureza de la furia porque son partes de mí que no se regeneran. 
· Evitar entregar mi corazón en manos de quienes no pueden sostener ni su propia agonía. 
· Vivir para escribirlo. 

Así sería mi lista: pretenciosa. Hace años que dejé de escribir propósitos, que más, eran deseos. 

Existen deseos que están al alcance de nuestras manos al igual que los propósitos, pero preferimos pedírselos a un año que aunque nuevo, ya nos conoce, porque el tiempo es sabio y es viejo, porque es no renovable y es astuto, porque nadie le ve la cara, porque el tiempo todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta, porque el tiempo en eso se parece al amor en 1 Corintios 13. 

No sé si deba preocuparme el ser empática con mi familia en las próximas fiestas, o yo repartir las uvas para evitar las podridas, o decidirme a invitarle un café a Rebecca, o tal vez nada de esto deba preocuparme. 

La magia de los años nuevos se rompe cuando ya no nos equivocamos en la fecha escribiendo “2013”, cuando los propósitos se vuelven deseos inalcanzables, cuando nos enamoramos sin correspondencia, cuando nos envolvemos en la tristeza de escribir para quien jamás nos lee. Todo para externar que el año nuevo nos deja más solos si eso queremos, o más juntos si eso buscamos, o más aferrados si eso no necesitamos. Todo para escribir otra vez que si el león no es como lo pintan, tampoco lo es el amor, ni los semáforos en ámbar, ni los gatos que buscan con desesperación sanar sus patas para volver a andar sobre vidrios tras una gata que les dejó. 



 

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