Quisieras estar afuera, sentir el viento rozar tus mejillas, alborotar tu cabello con su vaivén, es como si con solo rozarte, te brotaran alas de mariposa y en cualquier momento levantar el vuelo.
Ha comenzado el atardecer, las aves con su canto enloquecido buscan refugio en lo más espeso de los árboles; es hora de que también busques refugio en el lugar más recóndito de tu corazón.
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