lunes, 15 de octubre de 2007

Pongo el oído atento al pecho,
Como en la orilla, el caracol al mar.
Oigo mi corazón latir sangrando
Y siempre y nunca igual.
Sé por quién late así, pero no puedo
Decir por qué será.
Si empezara a decirlo con fantasmas
De palabras y engaños, al azar,
Llegaría temblando de sorpresa,
A inventar la verdad;
¡Cuando fingí quererte, no sabía
Que te quería ya!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 

Missing You Blogger Template