Te extraño en noches como esta, cuando cantan los grillos y el viento sopla levemente acariciando mi alma, las estrellas titilan a lo lejos y me parece ver tus ojos en cada una de ellas, la luna en cuarto menguante me observa y sonríe socarrona cuando intento tomar un pedazo y meterlo en mi bolsillo, dice Sabines que sirve para encontrar a quien se ama.

El viento en su murmullo me trae tu voz, recuerdo tus ojos, tu risa y el corazón se me encoge de dicha, recuerdo tu aroma y quisiera abrazarte fuertemente; te tengo tan cerca y a la vez tan lejos que ni tocarte puedo.

Quisiera ser tu luz, tu brújula, el timonel que lleve al velero de tu vida a navegar por oleajes y brisas añiles, quisiera poder observar junto a ti los amaneceres teñidos de malva y por las noches ser tu faro y puedas bogar hacia mí, tu puerto seguro.