ahí justo dentro de tus lágrimas,
no esperes sacarla emborrachándote
y expulsarla con alcohol
cantando baladas o música norteña,
no podrás hacerlo
por una sola razón:
porque lo quieres
con la fuerza que se invoca al deseo.
No sé si soy una mujer que soñó ser mariposa o una mariposa que sueña ser mujer.
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